Sin embargo, por otro lado es obvio para el lector que tal cosa es imposible, pues la presencia de Cide Hamete plantea múltiples incongruencias temporales.
El primero en proponer una interpretación fue el arabista José Antonio Conde (m. en 1820), que lo interpretó como castellanización de ibn al-ayyil (ابن الأيل), «hijo del ciervo», con la que Cervantes aludía de forma sutil a su propio apellido.
De la misma opinión fue el cervantista Diego Clemencín y la siguió Abd al-Rahman Badawi.
El orientalista Leopoldo Eguílaz y Yanguas hizo proceder «Benengeli» de berenjena, una interpretación que también hace Sancho Panza en la novela.
Por otro lado, Américo Castro fue el primero en señalar su posible origen converso, hipótesis que ha sido sostenida en mayor o menor grado por autores posteriores.
1220), novela basada, según dice novelescamente su autor, en un texto hallado en Toledo, escrito por un sabio arabo-judío llamado Flegetanis, en el que se cuenta la historia del Grial.