La anestesia tópica con lidocaína en gel se utiliza a menudo para intervenciones rápidas.
Se toman precauciones estériles para preparar la zona para la cirugía y reducir el riesgo de infección.
Los láseres pueden utilizarse para tratar afecciones no refractivas (por ejemplo, para sellar un desgarro retiniano).
[5][6] Antes de proceder a la cirugía láser, el oftalmólogo debe certificar que el paciente es un candidato adecuado para la intervención y hay varios factores que deben tenerse en cuenta antes de realizarla.
[7] Una catarata es una opacificación o nubosidad del cristalino del ojo debida al envejecimiento, a una enfermedad o a un traumatismo, que suele impedir que la luz forme una imagen nítida en la retina.
La canaloplastia utiliza tecnología de microcatéteres en un procedimiento sencillo y mínimamente invasivo.
Para realizar una canaloplastia, un oftalmólogo hace una pequeña incisión para acceder a un canal del ojo.