Ciudad cerrada

En la Unión Soviética existían numerosas ciudades cerradas y tras su disolución en 1991, algunas mantuvieron su estatus en los países de la CEI, sobre todo en Rusia, donde se conocen oficialmente como complejos administrativo-territoriales cerrados (закрытые административно-территориальные образования, zakrytye administrativno-territorial'nye obrazovaniya, ZATO).

Zonas cerradas similares existían en otras partes del bloque soviético; una gran zona a lo largo de la frontera interna alemana y la frontera entre Alemania del Este y Checoslovaquia tenían restricciones similares.

Y al intempestivo e impredecible cierre de estos complejos que se originaba en simulacros de ataques hipotéticos, seguía luego una vida "normal" bajo unas condiciones más favorables; en la práctica, estas ciudades tuvieron un estilo de vida propio y se convirtieron en una notable forma del poder institucional del régimen Soviético.

Estos visitantes debían portar una serie de permisos especiales para viajar a ellas o abandonarlas, y cualquiera que buscase residir en estas debía obtener un permiso concedido primero por la NKVD, y luego por su sucesora, la KGB.

La adopción de una nueva constitución para la Federación Rusa en 1993 sirvió para que se hicieran importantes cambios con respecto del status de estas entidades, que pasaron a denominarse ahora formaciones administrativas y territoriales cerradas (o ZATO, como su sigla en ruso).

[4]​ El número de ciudades cerradas está definido bajo decreto del gobierno ruso (ver los enlaces debajo).

Los viajeros rusos aún debían solicitar los permisos de visita a estas localidades.

Puesto de control a la entrada de Séversk .