La singularidad de este yacimiento es que se ha aplicado arqueología experimental.
El asentamiento, frente al mar, es un recinto fortificado que se fundó a principios del siglo VI a. C., en época ibérica (segunda edad de hierro.
Sufrió grandes reformas a finales del siglo IV y su final se relaciona con la crisis bélica de la segunda guerra púnica, cuando el cónsul Catón el Viejo, aplastó la sublevación general de tribus ibéricas contra Roma.
La particularidad de este yacimiento arqueológico es que se trata del primer yacimiento arqueológico de la Península ibérica que ha sido reconstruido con técnicas de arqueología experimental, sobre los mismos restos, gracias a un proyecto diseñado y ejecutado por Joan Santacana entre 1992 y 1994.
El territorio estaba muy cerca del mar, lo que favorecería la pesca, la defensa, el comercio, y apaciguaba el clima.
Durante el siglo II a. C. tan solo permanecerán algunas pocas casas dispersas, y ya en el siglo I a. C., abandonado el poblado ibérico, se construyó una gran domus romana en la parte sur-este del asentamiento que acogió a una familia patricia.
La construcción básica en el cosmos íbero era la casa, núcleo de la tan importante vida familiar.
Pero no todas las casas eran así: las aristocráticas eran naturalmente más complejas, con diversas estancias destinadas a actividades diferenciadas; además, incluso podían tener un piso superior.
Esta importancia de las grandes casas se explica por la gente que residía en la ciudadela: la ciudadela era la sede de una aristocracia cesetana guerrera y terrateniente, y con ellos vivían sus esclavos.
A menudo las únicas diferencias residen en los acabados interiores y en los objetos que contenían.
En Cataluña no se conoce ningún santuario ibérico importante, pero sí que podríamos afirmar la existencia de “montañas sagradas” ibéricas como el monte de Mas Boscà.
Ya por último, la ciudadela contaba con un horno de pan comunitario que alcanzaba los 350 grados.
El interior de los recintos fueron amueblados con réplicas, teniendo presente los objetos originales encontrados in situ en la excavación.