El pianista Graham Johnson escribe que esta obra supone el cierre del segundo periodo del compositor para dar paso a su tercer periodo.
Johnson apunta que la obra es «para muchos el ejemplo paradigmático de melodía francesa».
No solo sirvió de inspiración a Fauré sino también al compositor Claude Debussy, que tuvo contacto con la obra en 1881 y en 1891 fruto de esta inspiración escribió una de sus piezas más conocidas.
[1] La versión de Fauré es un arreglo para piano y voz, pero más tarde la orquestó para su música incidental Masques et bergamasques, Op.
Como dato adicional, esta pieza musical puede oírse en el videojuego de terror The Evil Within.