Claude Jay

Cuatro años después se trasladó a París a completar sus estudios, aconsejado por Pedro.

En 1535 decide unirse, junto con Paschase Broët y Jean Codure, al grupo formado por Ignacio de Loyola (el germen de lo que sería la futura Compañía de Jesús) y se trasladó con ellos a Venecia,[1]​ pretendiendo peregrinar hasta Jerusalén.

[2]​ Jay participó en el Concilio de Trento como fiscal del obispo de la diócesis de Augusta, Otto von Waldburg Truchsess, e intervino para defender la importancia de la formación y la educación en los aspirantes al sacerdocio.

[3]​ Después de negociaciones con el duque Guillermo IV de Baviera en 1549 Ignacio envió a Jay (junto con Pedro Canisio y Alfonso Salmerón) a enseñar teología en Ingolstadt.

Murió poco después, siendo sucedido por Pedro Canisio.

Iglesia de Saint-Nicolas-de-Port, placa de paso 9 primeros futuros jesuitas, noviembre de 1536.