Dejó el colegio por un castigo que le fue infligido.
Enfadado con un monje, se escondió en su iglesia y le apuñaló.
Escribió Paris ridicule, obra como muchas de las suyas denunciadas a la justicia.
Efectuado un registro en su casa, se encontraron además numerosas otras obras obscenas, sediciosas e impías.
Jean Rou relató que hizo gala, frente al suplicio, de la misma constancia que Jacques Chausson.