También es conocida por haber sido parte del grupo fundador del Colectivo Sociedad Civil, agrupación que entre 2000 y 2002 desarrolló una serie de acciones artísticas callejeras con el fin de llamar a un cambio cultural y político en el Perú.
La artista confiesa que el período de aprendizaje en esta institución le permitió acercarse a realidades sociales distintas a la suya y "tener una perspectiva muy diferente de lo que era Lima y el Perú".
Es durante esta década que colabora con los trabajos políticos y anti-dictatoriales del Colectivo Sociedad Civil.
En los siguientes años, seguirá produciendo trabajos comprometidos con la realidad peruana, especialmente enfocados en el componente racial y discriminatorio de la cultura contemporánea en este país.
Es así que Coca apropia referentes occidentales como Pedro Pablo Rubens, Gustav Klimt y Roy Lichtenstein; mientras que Torres lo hace con esculturas cerámicas de la cultura prehispánica Mochica, obras de Guamán Poma y E. P. S. Huayco.
El curador y crítico Gustavo Buntinx consideró el trabajo como "una de las imágenes más incitantes del arte peruano.
Estos personajes incluyeron a actrices norteamericanas como Lynda Carter en "La Mujer Maravilla" y Bárbara Eden en "Mi bella genio", a la santa popular local Sarita Colonia, las féminas de los cuadros del artista pop Roy Lichtenstein y las geishas que aparecen en las series animadas japonesas o animes.
[11] En Dream Card, Coca se representa a sí misma disfrazada del personaje la serie "Mi bella Genio" y abraza al astronauta Tony Nelson, interpretado en la serie por Harry Hagman.
Estas pinturas, encargadas por los virreyes para ser enviadas a los reyes en España, intentaban explicar un sistema de clasificación de los miembros del virreinato basado en el mestizaje, en donde a cada mezcla específica se le otorgaba un nombre.
Por el contrario, menos asociaciones raciales a los españoles y más vínculos con la raza negra o india, resultaban en peores atributos.
Augusto del Valle y Jorge Villacorta, críticos peruanos, dicen que este momento se caracteriza por tener "como rasgo dominante la relación que establece el artista consigo mismo en tanto individuo con una historia personal de gustos y afectos".
[16] Es así que durante esta década se desarrolla una serie de trabajos basados en la observación crítica del artista en relación con su contexto cultural inmediato.