Cohoba, o cojoba, es una transliteración que hace una referencia a una ceremonia de los indios taínos en la que se inhalaban las semillas molidas del árbol cojóbana (Anadenanthera peregrina):el ritual de la cojoba.
[2][3] El polvo, también llamado cojoba, contenía sustancias que producían un efecto alucinógeno, enteogénico o psicodélico.
[4] La práctica de inhalar cohoba era popular entre los pueblos taíno y arahuaco, con quienes Cristóbal Colón se puso en contacto.
Otros nombres para las especies de Anadenanthera incluyen vilca, cebíl y yopó.
[6][7] Fernando Ortiz, el fundador de Estudios Culturales Cubanos, ofrece un análisis detallado del uso de la cohoba en su importante obra antropológica, Contrapunteo cubano del tabaco y el azúcar.