Desde que inició su actividad en el siglo XIX ha estado bajo la tutela y los auspicios de la iglesia presbiteriana.
[3][4][5][6][7] El petróleo, sustancia mineral de origen orgánico que reemplazará en el futuro a estos tres tradicionales productos de exportación venezolana, apenas se comercializa localmente como aceite para lámparas, era en 1883 cuando apenas la primera industria petrolera nacional Petrolia del Táchira completa su primer pozo productor, el Eureka.
con cielos azules, casi siempre despejados; la vista es variable con los contornos elevados de las sinuosas cumbres del Ávila con laderas cubiertas de frondosos árboles que forman bosques y llanuras que se extienden desde Chacao al este hasta la Vega al oeste.
La familia es presbiteriana y Julia Osuna no tarda en asumir la dirección del colegio, desempeñándose como directora hasta 1921.
En 1921 la misión presbiteriana asume la dirección definitiva del colegio hasta finales de los años 60 del siglo XX, cuando este pasa a ser gestionado por la Iglesia Presbiteriana de Venezuela.