Los planos se encargaron al arquitecto español Mariano Güell.
En 1884 había sido sancionada la primera ley de educación universal, obligatoria, gratuita y laica (Ley 1420 de Educación) durante el mandato de Julio Argentino Roca con una gran oposición proveniente de la Iglesia Católica tanto a través del clero local como de la Santa Sede a través del nuncio papal.
[2] Esta ley fomento la presión por empezar lo antes posible con la actividad educativa católica en el colegio, como a fines de 1889 ya estaba en condiciones de empezar su actividad se acordó entregar la dirección del colegio a los Padres Lacorderistas por el plazo de seis años.
Fue entonces cuando Monseñor Toro decidió ofrecer la dirección a los Padres Escolapios que se encontraban desde 1891 en Buenos Aires y que ya habían abierto el Colegio Calasanz.
En marzo de 1894 reabrieron el colegio siendo rector el P. Isidro Marsal.