Consciente del avance de una columna de asalto paraguaya con cerca de trescientos hombres, Antônio João mantenido la posición con el resto de la guarnición, quince hombres entre oficiales y soldados, sin artillería.
Ante la intimación paraguaya de rendición,durante la invasión del ejército enemigo en un mayor número de soldados, el teniente Antônio João Ribeiro resistió y envió un mensaje al su comandante donde dice: "Sei que morro.
Mas o meu sangue e o de meus companheiros servirá como solene protesto à invasão do solo de minha pátria."
Mas mi sangre y la de mis compañeros servirá de solemne protesto a la invasión del suelo de mi patria".
(Teniente Antônio João Ribeiro) En su honor, se erigió una estatua conmemorativa de este acto heroico (parte del monumento a los héroes de Laguna y Dourados) en la Praia Vermelha en Río de Janeiro.