Mantegna estuvo en contacto con el marqués desde 1458, cuando ya le pidió que pensara en este tipo de decoración.
Un hecho parece seguro: el grabado no se realizó después de 1480.
El mismo recurso, pero de forma menos asertiva, se encuentra en las Bacanales denominadas "con Sileno" y "con tina".
Entre ellos aparecen otros personajes, como un trompetista, y figuras alegóricas, como la Envidia (arriba a la izquierda), una anciana demacrada sosteniendo una cartela con su nombre.
[2]En Las Vidas (1550-1568), Giorgio Vasari sitúa este grabado entre las siete piezas que atribuye directamente a Mantegna.