La Inquisición tomo parte para evitar esos abusos, finalmente Francisco Diariaño, S.J.
Procurador de la Provincia del Paraguay, en un viaje a Roma, pidió al papa Urbano VIII, su intervención, que se concreto en el breve Commissum Nobis.
[1] Comienza el breve recordando la universalidad del ministerio que le ha sido concedido Así el afecto y cuidado del papa se extiende desde los fieles cristianos a aquellos otros que ha de procurar traerlos a le fe.
Por esto, se dirige al Colector Apostólico de Portugal, pidiéndole que por sí mismo o por otros prohíba bajo pena de excomunión que se sometan a esclavitud a los indios que habitan Paraguay, Brasil y Río de la Plata.
Bajo excomunión queda también predicar, enseñar como lícito este trato a los indios, o cooperar de cualquier modo al mantenimiento de la esclavitud.