Los materiales triásicos, pertenecientes al Trías Germano-Andaluz, afloran ampliamente en esta zona, constituyendo la formación base sobre la que descansan el resto de los materiales más modernos, pertenecientes al Cretáceo, Plioceno y Cuaternario.
Las calizas, de edad Plioceno Superior, afloran en la zona central del complejo y descansan, bien sobre los materiales triásicos, bien sobre la formación anterior.
El resto de los materiales pertenecen al Cuaternario y aparecen distribuidos en pequeñas manchas por toda la superficie del área, tapizando las formaciones anteriores.
Poseen una escasa profundidad y fuerte apariencia geológica por su moderada evolución edáfica.
Los diversos materiales que conforman el complejo Endorreico poseen un diferente comportamiento hidrogeológico.
Los veranos, en cambio, son largos (de junio a septiembre) y calurosos, alcanzándose las temperaturas máximas en julio, en el que los valores absolutos con frecuencia sobrepasan los 40 °C.
En este contexto, la vegetación potencial se desarrolla, en función de las características climáticas, en el Piso Termomediterráneo, siendo la única serie presente la Serie Termomediterránea Bético-Algarviense y Tingitana seco-subhúmeda basófila de la carrasca (Smalici mauritanicae-Querceto rotundifoliae s.).
Los bosques que representan la cabeza de la serie o vegetación clímax tienen como especie dominante la encina carrasca (Quercus rotundifolia), junto con acebuches (Olea europea var.
Además, su posición geográfica, próxima a las marismas del Guadalquivir, lo convierte en hábitat alternativo, junto con el cercano embalse de Torre del Águila, que constituye otro importante enclave de interés faunístico.
Atendiendo a su número, son las anátidas y los rálidos, en especial la focha común (Fulica atra), las especies más abundantes en estas lagunas.
Otras acuáticas menos numerosas son el zampullín chico (Tachybaptus ruficollis) y el ánade friso (Anas strepera) Entre los ardeidos son abundantes la garcilla bueyera (Bubulcus ibis), la garceta (Egretta garzetta) y la garza real (Ardea cinerea).
Los láridos también frecuentan el espacio, si bien de modo irregular, siendo abundantes la gaviota sombría (Larus fuscus) y reidora (Larus ridibundus), así como el fumarel cariblanco (Chlidonias hybrida) y la pagaza piconegra (Gelochelidon nilotica).
El resto de los grupos faunísticos están menos representados y son peor conocidos.