[6] Esta nueva iglesia conservaba varias capillas y los transeptos del anterior.
Las obras fueron concluidas en 1838, con la construcción del tabernáculo y de los altares laterales.
[3] Cabe resaltar los grandes mosaicos que se albergan en su altar mayor, obra del prestigioso mosaista español Santiago Padrós caracterizados por dos características: la monumentalidad y la geometrización del paisaje.
Detrás del altar había un pequeño nicho o camarín con una imagen de la Virgen.
[6] A ambos lados de la nave principal se situaba una serie de capillas laterales decoradas con pinturas murales:[6] Dentro del templo también destacaban la sillería del coro y el órgano.
En el exterior, la iglesia estaba coronada por una única torre de planta cuadrada que tenía en lo alto un reloj de campana, así como dos campanas grandes y dos pequeñas.
El margen entre el altar y la nave central viene definido por un único arco.
[9][10] En el centro se sitúa una amplia y única portada bajo el frontón, ambos flanqueados a cada lado por las dos torres, único elemento barroco que contrasta con la sobriedad neoclásica del resto del conjunto.