Luego de varias revisiones, Bruch le dio forma final en 1868.
[2] Este concierto es la pieza más conocida de Bruch, y se considera uno de los más populares dentro del repertorio romántico alemán (junto a los de Johannes Brahms y Ludwig van Beethoven).
Su popularidad ha eclipsado otras obras del compositor, sus otros conciertos para violín y su Fantasía escocesa.
[3] Dado que Bruch no era violinista, durante la composición de la obra pidió ayuda a Joseph Joachim, a quien luego dedicaría la partitura.
El concierto está dividido en tres movimientos (los dos primeros, unidos), y una ejecución media dura alrededor de 25 minutos.