Concilio de Roma (484)

A finales de julio del año 484 se celebró en Roma un concilio por el Papa Félix III.

La sentencia de condenación no tiene por cabeza más que el nombre de Félix, aunque la firmaron los sesenta y siete Obispos ; porque según una antigua costumbre, siempre que se celebraba un Concilio en Italia, principalmente sobre la Fe, las Decisiones que se formaban en él en nombre de todos los Obisnos de Italia, no tenían más que el nombre del Papa.

Después pasa al asunto de Pedro Monge, luego, al modo con que había tratado a sus tres Legados y concluye, así: Estas últimas palabras, dice Tillemont, son extraordinarias.

Se pueden explicar suponiendo así, a menos que no reconociese sus faltas y pidiese perdón por ellas.

Por tanto, añade Félix, si un Obispo, un Eclesiástico, un Monje o un Seglar comunicó con él después de esta denuncia, que sea anatema y castigado por el Espíritu Santo, Sandio Spíritu exequente.