Concilio de Zaragoza (380)

Esta herejía tuvo por autor a uno llamado Marco, nacido en Memphis, en Egipto, gran Mágico y discípulo de los Maniqueos.

Decían: Estos Príncipes eran el mismo Demonio, le atribuian la formación del hombre, de lo que procede que aborrecían el uso del Matrimonio.

San Agustín llama a Prisciliano un impío, condenado por herejías y delitos horribles.

Prisciliano, que ha dado el nombre a esta secta, era de ilustre nacimiento y tenía muchos bienes.

Algunos Obispos se dejaron llevar de ella y entre otros, Instancio y Salviano, Idacio, Obispo de Mérida, en Lusitania emprendió la causa de la Iglesia con un gran celo pero por falta de prudencia y estrechando a Instancio y a los demás sin moderación, aumentó el mal, más que detenerlo.