Se considera la segunda farmacopea del mundo, después de la de Florencia.
Oficialmente se publicaron tres: Un siglo más tarde, ante la escasez de ejemplares, el médico Joan de Alòs publicó en el año 1686 la Pharmacopea Cathalana con intención de restituir y reformar la Concordia de 1587.
Los boticarios de Barcelona sin embargo, continuaron guiándose por la antigua Concordia.
[3] En las Concordias se encuentran descritas 370 fórmulas que reúnen 617 drogas de opiáceos, electuarios, pastillas, loocs, conservas, jarabes, infusiones y cocciones, píldoras, laxantes, pólvoras, colirios, aceites, ungüentos o emplastes.
El mismo espíritu de estas Concordias sirvió para hacer las Concordias de Zaragoza del año 1546, la farmacopea valenciana del 1601 y la Pharmacopoeia Matritensis de 1739 válida para el reino de Castilla.