Durante el siglo XIV, la mayor parte de Grecia continental perteneció al Imperio Serbio del emperador Stefan Dusan, que había aprendido griego durante su estancia en Constantinopla y que había adquirido conocimientos sobre la por aquel entonces superior cultura griega.
El ejemplo griego fue imitado por los serbios, que a su vez se alzaron en armas contra los turcos para lograr su independencia.
Durante la Segunda Guerra Mundial, los nazis lanzaron la Operación Marita, que suponía la conquista de Yugoslavia y Grecia.
En ambos países se organizó el movimiento de Resistencia de los partisanos: ambas guerrillas se dieron soporte mutuo durante la ocupación nazi, así como durante la posterior guerra civil griega (1944-1949).
Ya en 1992, el presidente serbio Slobodan Milošević propone oficialmente a Grecia la unión de los dos países en un único Estado confederado.