Los primeros en llegar a Taiwán fueron misioneros españoles, precisamente a las ciudades de Keelung y Tianshui ubicadas al norte de la región.
Esto requiere una profunda intimidad, mediante la oración, con el Señor para que, tomando la condición de Cristo siervo (cf.
Flp 2, 7), podáis trabajar con humildad, generosidad y tesón por el bien de los fieles confiados a vuestro cuidado pastoral.
[3] "Es así como invita a los obispos de Taiwán a llevar a cabo una "misión de esperanza", la cual "consiste en acojer el mensjae salvífico del Evangelio":"Vuestra misión es, sobre todo, una misión de esperanza, porque sabéis que la verdadera solución para los complicados problemas que afligen a la humanidad consiste en acoger el mensaje salvífico del Evangelio.
Por esta razón, vuestra programación pastoral para los primeros años del nuevo milenio debería apuntar sobre todo a lograr que el anuncio de Cristo "llegue a las personas, modele las comunidades e incida profundamente, mediante el testimonio de los valores evangélicos, en la sociedad y en la cultura" (Novo millennio ineunte, 29).