Pedro de Valdivia, después de las últimas victorias, decidió arremeter definitivamente contra los mapuches, especialmente contra los que eran dirigidos por Michimalonco.
Entre los prisioneros estaba Michimalonco, y este, para recuperar su libertad, ofreció los lavaderos de oro de Marga-Marga, a lo que los españoles aceptaron.
Más tarde, los españoles serían derrotados en ese mismo lugar.
Oída esta nueva, le pareció que sería importante acometerla y desbaratarla".
Andando el general y los españoles trazando su ciudad y entendiendo en las cosas que más convenía para el remedio de su vida, mandó a todas partes mensajeros [a] avisar a todos los señores de toda la tierra.