Desde entonces, habían conquistado más ciudades en el norte de África, como Alcazarseguir (1458), Anfa (1471) y Arcila (1471).
[2] Estas conquistas permitieron a Portugal adentrarse más en territorio musulmán, saqueando y asaltando ciudades, lo que le dio muchos beneficios.
Por otro lado, Marruecos atravesaba grandes conflictos políticos e internos, lo que hacía más difícil luchar contra la inminente amenaza portuguesa.
Sin embargo, envuelto en su conflicto con el gobernador de Fez, al-Shaikh optó por firmar un tratado con los portugueses, que les permitió entrar en Tánger sin oposición.
[6] Durante las siguientes décadas, los portugueses continuarían atacando otras ciudades estratégicas y conquistando muchas.