Esto significa que los delegados electos pueden ser cambiados en cualquier momento a través del voto en forma de consulta.
Por su naturaleza, esto significa que los consejos obreros hacen a un lado los tradicionales gobiernos centralizados y en vez de eso le dan el poder directamente al pueblo.
De acuerdo a esta perspectiva, el socialismo desde arriba es manejado desde instancias superiores por un Estado centralizado bajo control de un aparato burocrático que gobierna en nombre del pueblo, la clase obrera y la revolución, pero que según sus críticos no representaría tales intereses.
Los consejos obreros han ascendido a través de la historia moderna con diferentes nombres.
Aparte, sectores democráticos revolucionarios y otros grupos políticos minoritarios también se incluyen entre quienes defienden los consejos obreros.