En 1824 había sido expulsado de la Gran Colombia, por enemigo de la independencia, el teniente coronel del ejército español José Zamora.
Como no pudo hacerlo en la Gran Colombia, marchó a Costa Rica y lo intentó contra el recién constituido gobierno de Juan Mora Fernández; como no encontraba apoyos en San José, e incluso 44 ciudadanos firmaron una petición para que se le expulsara, alarmados por su propaganda realista, tramó una conspiración en Alajuela, Heredia y Cartago con la ayuda del sacerdote de Heredia Joaquín Carrillo y Colina, quien le consiguió numerosos cómplices descontentos con el gobierno independiente, sobre todo por haber abolido los fueros eclesiástico y militar; entre ellos estaban el capitán Juan José Soto, José Manuel Villegas, alcalde de barrio de Alajuela, José Antonio Gutiérrez, Pedro Pablo Castro, Encarnación Herrera, Pedro Araya, José Joaquín Céspedes y Juan Manuel Galarza.
Su plan hubiera sido tomar el cuartel de Alajuela y luego el de Heredia y hacer desde allí un llamamiento a la subversión a los pueblos.
Una vez conseguido el gobierno, habría pedido tropas a La Habana.
El único entre los insurrectos que logró escapar fue un tal Manuel Flores.