Contrapropaganda

La contrapropaganda se diferencia de la propaganda en tanto que aquella es defensiva y sensible para identificarla.

Tanto profesionales y académicos han propuesto varias definiciones para el concepto de propaganda.

Del mismo modo, la contrapropaganda se utiliza para comunicar un mensaje que describa la propaganda como una farsa e instruye a la audiencia para pensar o actuar de manera que contrarreste el mensaje de la propaganda.

Sin embargo, la contrapropaganda es única en cuanto a su fidelidad con los mensajes factuales, y su existencia como un esfuerzo reaccionario.

Ambas definiciones juntas ilustran, claramente, la relación simbólica que existe entre estos dos conceptos.

Mientras que los mensajes de la propaganda no siempre son ciertos, la contrapropaganda eficaz difunde únicamente la verdad.

[5]​[6]​ De hecho, la contrapropaganda se entiende como "la oposición veraz y honesta" a la propaganda adversaria.

Esta premisa se ilustra mejor con los intentos fallidos de los EE. UU.

[9]​ Los mensajes falsos de la contrapropaganda estadounidense no consiguieron oponerse de forma eficaz a la propaganda alemana, y por lo tanto no lograron cambiar la perspectiva que Alemania tenía hacia la Unión Soviética.

Los mensajes contrapropagandísticos que dependen de términos o conceptos que no se conocen universalmente no consiguen comunicarse de forma adecuada con el público determinado, y por lo tanto resultan ineficaces en su lucha contra la propaganda.

La frase no coincidía suficientemente con las descripciones que varias comunidades iraquíes ofrecían de los insurgentes.

Como resultado, la frase fracasó al transmitir el mensaje que la coalición deseaba comunicar.

[13]​ Al considerar estos elementos de la sociedad, la propaganda y la contrapropaganda se puede influir en un grupo hacia una perspectiva o acción.

La contrapropaganda es un método reactivo que debe utilizarse rápidamente para contradecir de forma eficaz un mensaje propagandístico.

Oliver Carlson explica que cuanto más tiempo sea percibida la propaganda como la verdad, más difícil será contradecirla, incluso cuando el público destinatario está expuesto a un mensaje que se opone a la verdad.

Sin embargo, esta emplea algunas técnicas especiales que resultan útiles para atacar la credibilidad y habilidad de la propaganda para influenciar a su audiencia.

La contrapropaganda efectiva comienza con la colección y el análisis completo de la propaganda a la que responder.

Otras veces, los propagandistas crearan una imagen de “confianza y creíble” para la audiencia que incremente la probabilidad de que se crean el mensaje e influencie sus acciones y perspectivas.

Carlson razona que la propaganda se desarrolla lo máximo posible para centrarse en las emociones de la gente contra su función racional.

El individuo solo está interesado en lo superficial de determinados acontecimientos; razón por la cual la propaganda es efectiva.

[27]​ Es por lo tanto difícil dirigir la atención de la audiencia hacia las minucias necesarias para destacar las lagunas en el razonamiento, que hacen efectivo un mensaje propagandístico.

En los años 1980, durante la Guerra Fría, los Estados Unidos difundieron ejemplos de la desinformación soviética relacionando el Tercer Mundo con los países europeos.

Entonces, los europeos lograron darse cuenta de que la propaganda soviética se centraba en ellos.

Alemanes muertos en Nemmersdorf, octubre de 1944, Archivo Federal Alemán