Control de la ira

[5]​ Estas personas pueden entrenarse para responder a su ira como algo no deseado y desagradable en lugar de seguir sus dictados.

[4]​: 5  Dormir lo suficiente, hacer ejercicio y una buena alimentación son comportamientos que pueden ayudar a prevenir la ira descontrolada.

Filósofos antiguos, hombres piadosos y psicólogos modernos han ofrecido consejos para contrarrestar la ira aparentemente incontrolable.

[8]​ En la Edad Media, el pueblo serviría como ejemplo, a la vez, de autocontrol y mediador en disputas inducidas por la ira.

Meichebaum, y más tarde Novaco, utilizaron cada aspecto de experimentar la emoción relevante como una oportunidad para mejorar el bienestar general del paciente.

Los problemas para lidiar con los sentimientos de ira pueden estar relacionados con trastornos psicológicos como la ansiedad o la depresión.

La tendencia de un participante a inhibir su ira y no arremeter se halló más en niños con mayor FA.

[14]​ También pueden tener mayores niveles de estrés, lo que puede causar tanto síntomas físicos como mentales si no se atiende lo antes posible.

Afortunadamente, existen muchos métodos diferentes de tratamiento que pueden ayudar a controlar la ira.

[16]​ El trauma sexual (generalmente violación o abuso sexual) se correlaciona particularmente con la ira, así como el trauma en la infancia, ya que la mayoría de las veces la persona no sabía lo que estaba pasando o no tenía ningún control sobre ello.

Al intentar que los pacientes se abran a sus emociones y sentimientos y al ser animados a realizar una tarea específica (en este caso, controlar la ira), una persona está motivada cognitivamente para utilizar habilidades positivas en su comportamiento.

Al final de la semana, la investigación mostró que existía una correlación negativa entre la ira y la adaptación social.

[26]​ Reflexionar por escrito sobre los propio sentimientos de ira puede considerarse una Intervención Cognitivo Conductual (ICC) o una estrategia para combatir los pensamientos negativos.

[27]​ Las intervenciones para el control de la ira se basan en técnicas cognitivo-conductuales (TCC) y siguen un proceso en 3 pasos.

[30]​ En segundo lugar, se enseñan técnicas de relajación como respuestas apropiadas a esas situaciones que desencadenan la ira.

Esta terapia aborda diversos aspectos de la ira, como los fisiológicos, cognitivos, conductuales y sociales.

Esta práctica tiene su origen en las tradiciones espirituales orientales que se ejercitan a través de la meditación.

[39]​ Como la ira, en la mayor parte de los casos, responde exitosamente a abordajes únicamente psicológicos, el tratamiento con medicamentos es una posibilidad secundaria.

Estos medicamentos no atacan directamente la ira, pero tienen un efecto calmante que puede ayudar a controlarla, así como los sentimientos negativos.

La pasiflora y la manzanilla generalmente se consumen como infusiones para mejorar el estado de ánimo, al reducir la ansiedad.

Encontraron una correlación positiva entre participar en estas reuniones y expresar menos ira en multitud de lugares (escuela, hogar, etc.).

Primero, el desarrollo de habilidades para la vida (comunicación, empatía, asertividad, etc.) utiliza modelos para enseñar reacciones apropiadas ante la ira.

Si bien no se pueden sacar conclusiones generales, los investigadores afirman que los niños que siguen cursos de control de la ira están más preparados para combatir su ira internamente y son menos propensos a dejarse llevar por ella.

[64]​ Algunas personas con una lesión cerebral traumática (TBI por sus siglas en inglés) pueden mostrar acciones impulsivas, agresivas y peligrosas.

Novaco resaltó la importancia de observar las situaciones que llevaron al enfado, para así controlarlo.

Su baja disposición se convierte en un impedimento para la eficacia del tratamiento debido a que el individuo asiste menos a las sesiones de formación y la alianza terapéutica (la que forjan terapeuta y paciente con el objetivo de mejorar) se ve debilitada.

Por lo tanto, una falta de coincidencia cultural entre cliente y terapeuta podría dar lugar a un malentendido sobre el objetivo final del programa.

Las expectativas sobre hombres y mujeres en cuanto a la expresión de su ira también se forman socialmente.

El costo monetario puede situarse entre los 90 y 120 dólares norteamericanos por sesión para terapia general, o tarifas mucho más altas para formación especializada.

Sin embargo, las opciones en línea (a través del ordenador o el teléfono móvil inteligente) pueden seguir la misma estructura que una intervención en persona con resultados similares.

Un curso de control de la ira