La popularidad de la fotografía como afición ha hecho que las tomas distorsionadas hechas con cámaras económicas sean tan familiares, que muchas personas no se dan cuenta inmediatamente de la distorsión.
Esta "distorsión" es relativa solo respecto a la norma aceptada de la perspectiva propia de algunos sistemas de representación (donde las líneas verticales en la realidad, también lo son en la imagen construida), que en sí misma está distorsionada respecto a una representación en perspectiva verdadera (donde las líneas que son verticales en la realidad, comenzarían a distorsionarse convergiendo por encima y por debajo del horizonte a medida que se alejan del espectador).
Las cámaras profesionales, donde el control de la perspectiva es importante, se puede regular la exposición elevando la lente en paralelo a la película.
[1] La restauración del paralelismo de las líneas verticales (por ejemplo) se realiza fácilmente inclinando un plano, pero si no se elige adecuadamente la longitud focal de la ampliadora, la imagen resultante tendrá distorsión vertical (compresión o estiramiento).
Por ejemplo, aplicaciones como Adobe Photoshop y GIMP tienen varias opciones de "transformación", que utilizadas con cuidado, permiten obtener el control deseado sin ninguna degradación significativa en la calidad de la imagen en general.
Los programas que manejan estos modelos disponen de cámaras virtuales para crear las imágenes, que normalmente incluyen modificadores capaces de corregir (o distorsionar) la perspectiva al gusto del artista (véase proyección en 3D para más detalles).