Pese a esto el primer gobierno de Perón fue el principal socio comercial durante los primeros años del franquismo, y se sustentó en nociones en parte humanitarias, pero también económicas e ideológicas como el concepto de la hispanidad, su estructura militar y autoritaria, el catolicismo o su objetivo de impedir que el comunismo ganara poder.
Durante la guerra civil, y posteriormente durante la Segunda Guerra Mundial, se entablaron algunos acuerdos comerciales para enviar productos alimentarios a España (principalmente grano, carne y algodón) a cambio materias primas para que Argentina siguiese desarrollando su capacidad industrial (acero y otros productos minerales) que fueron vitales para la supervivencia del régimen franquista, al menos hasta 1948 cuando la crisis alimentaria ya había disminuido.
La producción de grano del año 1945 bajó a la mitad respecto al año anterior debido a una fuerte sequía, lo que aumentó los problemas de producción todavía más.
En 1947, y como colofón del proceso del convenio económico, la primera dama argentina Eva Duarte aceptó la invitación que antes había rechazado varias veces el presidente argentino de visitar España y realizó una gira diplomática no oficial de 18 días por distintas ciudades españolas, tras el cual visitó Italia, Portugal, Francia, Suiza, Brasil y Uruguay.
La deuda se mantuvo ligada a algún valor de cambio que tuviera en cuenta las fluctuaciones del mercado para poder así cobrar los intereses en el caso de impago del gobierno español, cosa que terminó ocurriendo.
El complejo se planificó contando con una zona franca llamada Argentina, gestionada por el gobierno argentino y con salida al mar en el puerto Perón, y una zona llamada Internacional gestionada por España.
También se planificó un municipio de unas 8.000 personas para ubicar a los trabajadores del puerto.
[20][6] En cuanto a las relaciones entre España y la ONU, en lo que se ha llamado la cuestión española, Argentina mantuvo una postura de defensa de la no intervención externa en la política del país, pese a la cual y a la presión de otros países latinoamericanos se aplicó la resolución 39 en diciembre del 46, dos meses después del pacto Franco-Perón.
Distintos grupos de izquierdas se manifestaron en diversas ocasiones con motivo de los pactos debido a la ayuda que el gobierno argentino brindaba a España, un Estado fascista y dictatorial, así como porque se pensaba que las penurias que estaba pasando la población podían llevar al debilitamiento del régimen y a su posterior caída.