[1] Durante el siglo XIV vivió el fraile Arnau de Pinós, que fue venerado como beato a su tumba en la sala capitular.
[2] A inicios del siglo XIX, cuando era en reconstrucción, quedó dañado durante la Guerra de la Independencia: se destruyó el claustro, casi totalmente.
En 1936 es incendiado; como el anterior templo parroquial, Santa María de Puigcerdá, queda destruido durante la Guerra Civil Española, pasa a serlo ésta.
La cabecera fue sustituida, durante el siglo XX, por un arco triunfal de tono clasicista.
Actualmente, permanecen cinco capillas alojadas entre los contrafuertes, cubiertas con bóveda de crucería.
La primera y la quinta del lado de la epístola alojan la escalera que lleva al corazón y al órgano, la actual del siglo XX, aunque plenamente operativo.
La mayor parte de las dependencias conventuales albergan hoy día el Archivo Histórico.