Todavía hoy en día conserva la estructura conventual a pesar de los diversos usos y remodelaciones que ha sufrido el edificio.
Originalmente contaba el edificio con siete capillas y una iglesia que no se conserva.
El convento fue reedificado en el año 1778 y más tarde, en 1836, por causa de la segunda desamortización eclesiástica lo vendieron, para ser durante un largo tiempo un teatro.
Fue Mendizábal, ministro de la regente María Cristina, quien expropió propiedades, sobre todo a la iglesia, sin compensación alguna.
[2] El edificio presenta un aspecto muy renovado tras la restauración que se llevó a cabo en 1980, convirtiéndose en Casa de la Cultura y acogiendo en un lateral la oficina municipal de turismo.