Convento de San Juan de la Penitencia (Toledo)

Mandó construir la capilla mayor el obispo de Ávila, Francisco Ruiz, compañero del cardenal Jiménez en el Consejo supremo, como se expresa en la inscripción que se encuentra alrededor de la capilla, concebida en los siguientes términos.

El retablo mayor que se hallaba dividido en dieciséis compartimientos, con otras tantas tablas en las cuales se advertía que ya se había consumado el Renacimiento de las artes, constaba de cuatro cuerpos de gusto plateresco, que formaban un todo bastante grato a la vista.

Se componía de un ancho basamento, en donde se veían las armas del obispo, separadas por tres pilastras, sobre las cuales había tres estatuas, casi del tamaño natural, que figuraban la Fe, la Esperanza y la Caridad, alzándose en dicho zócalo un cuerpo de arquitectura de dos columnas y dos pilastras, que recibían en el centro la urna cinericia.

Descansaba en ella la estatua yacente, ocupando el centro del arco cuatro ángeles que sostienen un pabellón plegado con riqueza, leyéndose en el friso del referido cuerpo esta inscripción latina:

Se encontraban en los intercolumnios de ambos lados cuatro estatuas que representan dos niños llorosos y dos apóstoles, asentando sobre la cornisa una especie de ara con un bajorevelieve, esmeradamente esculpido, con la Asunción, hallándose a los lados San Juan Bautista y San Juan Evangelista, figuras gallardas y de mucho movimiento.

Terminaba toda esta obra con un bello Calvario del tamaño natural, cerrándolo un arco que se levantaba en las columnas exteriores del cuerpo de la urna, ornado de relieves y follajes, según el gusto plateresco.

Había en el crucero dos retablos colaterales, debidos a los primeros años del siglo XVI, en donde existían varias tablas de mucho precio, tanto por revelar el estado de la pintura en aquella época, como por su mérito artístico.

Iglesia de San Juan de la Penitencia en el primer volumen de España artística y monumental (1842). Dibujo de Jenaro Pérez Villaamil .
Vista del interior en un dibujo de José Pascó (c. 1886)
Portada del antiguo convento