Sobre la base medieval en el siglo XVI se reformó a fondo adoptando el aspecto actual.
Secularizado tras la desamortización de 1835, durante el resto del siglo XIX fue utilizado sucesivamente como cuartel, hospital militar, almacenes y prisión hasta que en 1889 se establece en ella una Fábrica de Tabacos.
Para este último cometido se le practicaron al edificio original importantes reformas.
El antiguo claustro del convento fue cubierto y se transformó en el hemiciclo.
El resto de lo que fueron las diferentes estancias del convento se reutilizaron como sala de exposiciones (Sala Amós Salvador) y como Biblioteca Pública del Estado.