La orden religiosa a la que se encomendó el nuevo cenobio fue la de la Inmaculada Concepción.
La única portada del templo se abre al sur, a la calle Secretario Armesto; se trata de una portada adintelada de esquema manierista, formada por vano principal y hornacina superpuesta.
Las pilastras sostienen un frontón partido, recorrido por mútulos y rematado con parejas de esbeltas pirámides.
El cuerpo superior repite el esquema; alberga una hornacina, retocada durante el siglo XVIII, con una escultura policromada de la Inmaculada Concepción en su interior.
El templo está adornado con diverso mobiliario formado por retablos, esculturas y pinturas sobre lienzo.
En el sagrario contiene en su puerta una pintura al óleo del Ecce Homo de rasgos murillescos.
En la parte inferior del mismo existen diversas reliquias pertenecientes a los santos mártires.
En la zona más cercana al presbiterio se ubica el púlpito, cronológicamente de hacia 1770, construido en madera tallada y dorada.
La hornacina central, dedicada a la Inmaculada Concepción, de mediados del siglo XVIII.
En otras se encuentran la imagen de Nuestra Señora del Valle, una serie de Niños Jesús, en distintas poses y actitudes, y una talla sedente del Buen Pastor.
La espadaña posee actualmente dos campanas de bronce que datan del siglo XVIII.