Ambos partidos tuvieron lugar en el Estadio Monumental (River Plate) de Buenos Aires.
Brasil jugó con un equipo alternativo y se proclamó campeón en la prórroga, tras devolver la derrota en el primer partido.
[1] El reglamento preveía dos partidos; el equipo con más victorias sería coronado campeón.
Como los dos partidos terminaron con una victoria para cada equipo, se jugó una prórroga.
Belem lanzó una falta, Gilmar la despejó de puños y Sosa marcó.