Cortés y La Malinche es un mural de José Clemente Orozco realizado al fresco en 1926.
[1] Este mural se integra al conjunto de frescos dedicados a la conquista española en territorio mexicano.
Hernán Cortés no imaginó en ese momento que una de esas jóvenes llamada Malinalli, o doña Marina para los españoles, sería una colaboradora en sus operaciones contra los aztecas.
En primera instancia, fue al lugarteniente español Alonso Hernández Portocarrero a quien se le otorgó la Malinche.
Asimismo, el autor plasma la sumisión del pueblo mexica (la pasividad de La Malinche) ante el brazo del conquistador, Hernán Cortés, que la sujeta:[2]Cortés y Malinche emanan fuerza y vitalidad, con cuerpos tan recios que parecen monumentos de piedra.
El joven debajo de los protagonistas es indígena y su cuerpo caído transmite derrota o muerte.
En estos años se consagró como un hito esencial en la conformación de la identidad nacional.
La profanación se hace presente por el cuerpo interfecto debajo de los personajes principales, pues la violencia con la que los españoles dominaron a los indígenas mexicanos fue despiadada.