[1] La expresión española es una traducción de la denominación anglosajona amortized cost, de uso generalizado en la contabilidad estadounidense y en estándares internacionales.
[2] Según el marco conceptual del Plan General de Contabilidad español, el coste amortizado de un instrumento financiero es: el importe al que inicialmente fue valorado un activo financiero o un pasivo financiero, menos los reembolsos de principal que se hubieran producido, más o menos, según proceda, la parte imputada en la cuenta de pérdidas y ganancias, mediante la utilización del método del tipo de interés efectivo, de la diferencia entre el importe inicial y el valor de reembolso en el vencimiento y, para el caso de los activos financieros, menos cualquier reducción de valor por deterioro que hubiera sido reconocida, ya sea directamente como una disminución del importe del activo o mediante una cuenta correctora de su valor.
El tipo de interés efectivo es un método para calcular el coste amortizado de un activo o un pasivo financiero, y por tanto, un medio para distribuir el ingreso o gasto por intereses a lo largo del período de vida del activo o pasivo.
La diferencia entre el tipo de interés efectivo y un método de diferimiento lineal estriba en que el primero refleja un retorno o rendimiento constante sobre el importe en balance del activo o pasivo.
Para calcular el tipo de interés efectivo, se utiliza la técnica del TIR, que nos planteará la siguiente ecuación: Despejando se obtiene que ie = 5,538201% El coste amortizado en cada momento de la vida del préstamo es el importe neto inicial (importe nominal del préstamo menos los gastos de formalización o apertura), más los intereses devengados al tipo de interés efectivo de la operación, menos los pagos que se realizan.