Mientras la tradición católica está de acuerdo con el protestantismo en que la fe, no las obras, es necesaria para la justificación inicial, algunos eruditos protestantes contemporáneos, como N. T. Wright, afirman que, tanto la fe como las obras son necesarios para justificación.
Por ejemplo,las Iglesias reformadas critican a las Iglesias metodistas por la creencia de esta última denominación en la doctrina de la expiación ilimitada...en un debate a largo plazo entre calvinistas y arminianos.
[20][21] Aunque es un paso adelante importante en el diálogo católico–luterano, la Declaración continúa mostrando las diferencias insalvables que separan a la Iglesia católica de la tradición protestante.
[23] El obispo metodista Scott J. Jones en United Methodist Doctrine dice que la fe es siempre necesaria para la salvación incondicionalmente.
La nota del Vaticano en respuesta al Declaración decía que la fórmula protestante «al mismo tiempo justa y pecadora», no es aceptable: «En el bautismo, todo lo que es realmente pecado, se quita, y así, en quienes nacen de nuevo no hay nada que sea odioso para Dios.
Sigue que la concupiscencia [deseo desordenado] que permanece en los bautizados no es, hablando correctamente, pecado.»[25] Según Benedicto XVI, el encuentro del cristianismo con la filosofía y cultura griegas del período helenístico no es apostasía al paganismoo, sino un desarrollo natural en la historia de la Iglesia temprana; Ratzinger también declara que la traducción del Antiguo Testamento en griego y el hecho que el Nuevo Testamento fuera escrito en griego fue una consecuencia directa de la recepción de la revelación bíblica por el mundo helenístico.
Cuando tuvo lugar, no tenía el mismo significado que en la Iglesia de la Tradición.
[40][41] Las tradiciones anglicana y metodista, junto con la Iglesia ortodoxa, afirman la existencia de un estado intermedio, el Purgatorio, y por tanto rezan por los muertos, al igual que muchas Iglesias luteranas, como la Iglesia evangélica luterana en América, la cual «recuerda a los fieles que partieron en las oraciones de la gente cada domingo, incluyendo quienes recientemente han muerto y aquellos conmemorados en el calendario eclesiástico de los santos».