Crónica de Mariño de Lobera

El texto original no ha llegado a nuestros días y lo que se conoce de él se debe a la edición del sacerdote jesuita Bartolomé de Escobar, quien también estuvo en Chile.

Se ha señalado que Mariño de Lobera habría trabado amistad en sus últimos años con Escobar, a quien le habría entregado los manuscritos para que los corrigiera y editara.

También se ha señalado que fue el mismo virrey García Hurtado de Mendoza quien habría encargado a Escobar que revisara y corrigiera los apuntes de Mariño.

Esto contrasta con la segunda parte, que refiere al gobierno de Hurtado de Mendoza, en la que los hechos y hazañas del gobernador son narrados con claridad.

En esta crónica aparecen frecuentemente relatos de sucesos extraordinarios y sobrenaturales.