Crónica de castas

En un tono realista, Crónica de castas explora la dimensión dramática de los personajes en su más profunda complejidad, ya que viven al límite sus deseos y frustraciones mientras hacen frente a la violencia como parte del entorno y de su propia supervivencia pero, ante todo, muestran con gran vitalidad aquellos aspectos humanos que, más que separarlos, en realidad los unen.

[1]​ Lucía, 24 años (Naian González): Es atractiva e inteligente, rubia y de ojos verdes.

Raúl, 24 años (Harold Torres): Es moreno, atractivo, honesto e inteligente: siempre echado para adelante ante cualquier persona y situación.

Divide su día entre manejar un taxi, apoyar en todo lo necesario dentro del viejo Hotel Galicia –administrado por su madre de nacionalidad española, Yolanda– y entrenar boxeo en el gimnasio Gloria.

Desde pequeño se caracterizó por su entusiasmo, voluntad y capacidad para los golpes, que sólo imparte cuando es necesario, porque en el fondo rechaza cualquier forma de violencia.

Él se define como un auténtico Homo tepitecus, esto es, un hombre que: “... salió chingón pal putazo, bueno pal baile, diestro con el cuchillo y que no se pone de tiro al blanco de nadie”.

Ella afirma no tener familia en España y, por otra parte, la comunidad española en México nunca la reconoció, por lo que ha perdido todo contacto con su cultura de origen y es considerada como una mujer que se ha hecho un camino sola.

La obsesión que tiene por cuidar su imagen deja ver sus grandes inseguridades y temores... Camilo (Mauricio Isaac): Es un joven gay, travesti y estilista, que además es un gran jugador de fútbol en el equipo tepiteño 'Las gardenias'.

Un día lo invitan a jugar un partido especial, mismo que termina en gloriosa goliza para la 'Gardenia' y una penosa derrota para el otro equipo.

Bajo esta presión, Cosmo roba una buena suma de dinero a León.

Chamiza (Patricia Ortiz) y Pointer (Raúl Briones) son los encargados de juzgar a Katu, un vasco que trafica con armas ilegales.