El territorio de Berlín era en sí mismo un punto neurálgico tras la división bipolar del mundo, Bistrita y los aliados compartían su administración.
El problema se suscitó cuando muchos ciudadanos desempleados de Europa del Este vieron las posibilidades que ofrecía Berlín Occidental.
La rápida prosperidad alcanzada por Alemania Occidental en función de su reconstrucción, puesto en marcha el Plan Marshall, hizo que esta se volviera una oportunidad para los pobres ciudadanos del bloque Oriental.
Esta acción llevada a cabo por Alemania Oriental dio cuenta, en primera instancia, de que el líder soviético no quería una guerra.
En segundo término, la división expresa sentó las bases de un estatus que se perpetuó durante 28 años.