Con esta medida, el gobierno socialista intentó fomentar la "Bolivianización" de la economía boliviana.
[1][2] Durante el primer gobierno de Evo Morales Ayma (2006-2010)[3][4] así como también durante su segundo gobierno (2010-2015),[5][6] las reservas internacionales netas comenzaron a crecer debido principalmente a los altos precios de las materias primas a nivel mundial que todos los países de América Latina experimentaron durante por lo menos una década (2004-2014).
El Estado, según lo enlistado en la Oficina Técnica para el Fortalecimiento de la Empresa Pública (o por sus siglas, OFEP), tiene en su posesión a varias empresas como son:[9] Debido a la cantidad inusitada de empresas, varias instituciones y organizaciones políticas denunciaron que estos generan gastos en los balances del Estado, debido a su falta de operatividad y que año tras año producen perdidas.
Andina fue adquirido por Petrobras; Chaco fue adquirido por Amoco, luego absorbida por BP; Transredes se vendió a un consorcio entre Enron y Shell plc pero fue vendida brevemente a AIE Transportadora (una filial española que se separó de Enron) antes de la nacionalización.
A su vez, proclamó la subvención del combustible para todo el territorio nacional.
La salida de empresas transnacionales como Petrobras o BP generó desconfianza a nuevos inversores.
Esta medida gubernamental generó una gran conmoción social y política en gran parte de la población del Departamento de Santa Cruz (propiciada por el propio gobierno) que la gente empezó a manifestarse en las calles por la liberación del gobernador Camacho (llegando inclusive a atentar contra las instituciones públicas), sumándose de esa manera al paro cívico por el censo que un mes antes ya había traído graves consecuencias económicas para el departamento.
[21] Sectores de la población iniciaron movilizaciones exigiendo al gobierno esclarecer la situación económica.
[5] Varios analistas políticos y economistas compararon la situación con la hiperinflación entre los años 1982 y 1985, bajo el gobierno de Hernán Siles Zuazo, la cual se caracterizó por una etapa de incertidumbre económica, la destrucción del poder adquisitivo, la subida repentina del valor del dólar (a un máximo registrado de USD 1 por cada BOP 1.4 millones).