[1] En su país participó en películas como, Los hijos de López, Abierto día y noche y Mingo y Aníbal, dos pelotazos en contra, pero destacó en espectáculos de revista que la llevaron a convertirse en una reconocida vedette.
Luego le propusieron quedarse para un music hall en el Hotel O'Higgins de Viña del Mar y la contrataron por un año en Sábados Gigantes.
Gracias a una invitación del destacado actor Tomás Vidiella debutó como actriz del Teatro El Conventillo donde hizo obras muy aplaudidas.
[2] En 2002 destacó en la obra No seré feliz, pero tengo marido, dirigida por Liliana Ross, que tuvo más de 300 funciones.
[3] El mismo montaje fue reestrenado en 2016 en el Teatro Nescafé de las Artes.