Cristo Negro de San Alfonzo

A comienzos del siglo XVII, la historia registrada por el historiador zuliano Juan Bessón explica que los indígenas Quiriquires asaltaron la población de Gibraltar debido a los abusos cometidos en contra de su población por parte del encomendero Rodrigo de Argüelles.

Intentaron incendiar al gran Cristo que se encontraba en su altar mayor, fijado en un tronco de nogal, y al ver que no se incendiaba empezaron a lanzar flechas.

Aunque los pocos moradores de Gibraltar que sobrevivieron quisieron retornar esta imagen a su pueblo, los pobladores de Maracaibo se negaron a entregarlo.

El asunto fue resuelto por el Consejo de Indias y la fe del pueblo: La Sagrada imagen fue colocada en una nave sin embarcación sobre las aguas del lago de Maracaibo, para que, guiada por el viento y la fe, la sagrada imagen decidiera en que lugar quería morar, retornando milagrosamente a las costas de Maracaibo; según lo descrito por fray Pedro Simón en sus Noticias Historiales.

En la Catedral de Sevilla existe un altar dedicado al Cristo Negro de Maracaibo donde se venera un cuadro pintado al óleo por el artista sevillano Joaquín Bilbao.