La cruz fue descubierta en 1955, en un pecio frente a las costas de Bermudas, probablemente el del San Pedro (un galeón español naufragado en 1595).
[1][2][3] El autor del hallazgo, un explorador llamado Teddy Tucker, pensó en un principio que la cruz había sido fabricada en la India, dada la simplicidad de su diseño.
[2] Para 1997, era ya considerada el objeto más valioso jamás hallado en un pecio; aparentemente, perteneció en su día al Arzobispo de Lima.
[4][3][5][6] Tucker decidió vender el artefacto al Gobierno de Bermudas en 1959, a fin de que permaneciese en la isla, y durante algún tiempo estuvo expuesto en un museo que el explorador y su mujer gestionaban en nombre del Gobierno.
No obstante, después de que las autoridades bermudeñas le comprasen el museo a Tucker por 100 000 dólares, y poco antes de que la reina Isabel II lo visitase en 1975, se descubrió que la cruz había sido robada: el ladrón había sustituido la obra original por una réplica, con objeto de no levantar sospechas.