El cuarto principio o cuarta ley de la termodinámica es el postulado del economista rumano Nicholas Georgescu-Roegen, que afirma que la materia disponible se degrada de forma continua e irreprensiblemente en materia no disponible de forma práctica.
Es una modificación del segundo principio de la termodinámica pero aplicándolo a la materia, en vez de a la energía[1] (aunque ya Einstein dio la relación entre materia y energía).
Es imposible conseguir un rozamiento nulo que no desgaste los materiales, ni que ese desgaste pueda ser recuperado (reutilizado o reciclado).
", realiza la siguiente descripción del principio:[3] Este principio ya había sido formulado por el célebre termodinamicista Mark Zemansky que formaliza el hecho de que las máquinas se desgastan, y la materia disipada es prácticamente imposible recuperarla totalmente: el reciclaje nunca puede ser completo.
[2] Este principio se ha utilizado para justificar el decrecimiento económico como mejor forma de afrontar el futuro de la humanidad, y fue la base con la que Nicholas Georgescu-Roegen definió su Bioeconomía, rama conocida posteriormente como economía ecológica.