Cuestión alemana

A pesar de incluir el término «germánico» en su nombre, el Sacro Imperio Romano nunca había sido un Estado nación.

La desastrosa guerra de los Treinta Años resultó especialmente fatal para la autoridad del emperador, a medida que las entidades más poderosas, la Monarquía Austriaca de los Habsburgo y Brandeburgo-Prusia, evolucionaron hasta convertirse en potencias absolutistas rivales con territorios que sobrepasaban las fronteras imperiales.

En el siglo XVIII el Sacro Imperio Romano Germánico consistía en más de 1800 territorios separados gobernados por distintas autoridades.

La Großdeutsche Lösung habría implicado una posición dominante para la Austria católica, el estado alemán más grande y poderoso a principios del siglo XIX.

Sin embargo, Austria suponía un problema porque los Habsburgo dominaban grandes extensiones de territorios no germanófonos.

Argumentaron que Prusia, como única gran potencia con una población predominantemente germanoparlante, debía liderar la Alemania unificada.

La revolución fracasó y varios intentos subsecuentes del príncipe Schwarzenberg de construir una federación alemana encabezada por Austria quedaron en nada.

Al mismo tiempo, Bismarck estableció la Confederación Alemana del Norte, tratando de evitar que los católicos austriacos y bávaros en el sur fueran una fuerza predominante en una Alemania prusiana principalmente protestante.

Europa central hacia 1820. Aparecen el Reino de Prusia (azul), el Imperio austriaco (amarillo) y los estados alemanes independientes (gris). La línea roja marca la frontera de la Confederación Alemana; tanto Prusia como Austria controlan tierras fuera de la Confederación.
La unidad alemana como un fiasco, donde cada estado aparece por separado. Viñeta del Münchner Leuchtkugeln , 1848