Las actitudes sobre el consumo y la consideración de los alimentos orgánicos han cambiado a nivel mundial, lo que parece afectar las culturas alimentarias locales y las gastronomías tradicionales, al tiempo que las incorpora.
Esta visión del consumidor implica responsabilidad tanto medioambiental como personal.
[1] Las historias demográficas y agrícolas, así como los procedimientos gubernamentales, son fundamentales para comprender las prácticas recientes de localización del sistema alimentario.
Los estudios demostraron que en países como Bélgica, Noruega y el Reino Unido, existe una fuerte preferencia por los alimentos cultivados ecológicamente.
El etiquetado es necesario para poner un mayor énfasis en la localización de los alimentos, que se percibe como un paso hacia la seguridad.
El debate italiano sobre los alimentos transgénicos es muy reciente (finales de los 90) y ha crecido rápidamente.
Los políticos han adoptado una postura firme y el gobierno ha hecho grandes esfuerzos para movilizar el cambio de valores.
Los logotipos gubernamentales se encuentran en algunos países europeos, pero no en todos (por ejemplo, el danés 'Red Ø', alemán 'Bio-Siegel').
UU., quien se asegura de que la granja sea siguiendo todas las regulaciones orgánicas.
Si hay ingredientes específicos en un producto que están certificados como orgánicos, esto puede especificarse en el empaque.
[12] 93% de los alimentos orgánicos se venden en supermercados regulares o especializados en los EE.
[15] Las marcas privadas orgánicas juegan un papel particularmente importante en la construcción de la imagen del minorista, ya que ayudan a construir la imagen del minorista y los vínculos con el consumidor.
Como signo de responsabilidad social corporativa, las etiquetas influyen en la confianza del consumidor en la empresa y sus productos.
Si un consumidor sufre asimetrías de información, esto puede hacer que se sienta vulnerable.
Por ejemplo, en Italia, ICEA, el Instituto de Certificación Ética y Ambiental[16] ha establecido un sistema de certificación que permite un mayor control y estandariza los requisitos para obtener el reconocimiento orgánico.
Además de las certificaciones para alimentos orgánicos, también se ha instituido la estandarización para menús sin gluten, vegetarianos y veganos.
Otro ejemplo es la Green Restaurant Association, una organización sin fines de lucro estadounidense[17] que amplía los requisitos previos para la certificación "verde" a cuestiones ambientales más generales.
UU., un restaurante se considera certificado por GRA si obtiene una puntuación de 62 o superior.
Para algunas personas, ver algo como un documental puede ser tan desagradable que cambian instantáneamente su comportamiento.
Como marcos, las noticias ofrecen al público varias definiciones de la realidad social.