Cultura yope

Tuvieron sus núcleos poblacionales más importantes en dos áreas distintas: La Montaña y la Costa.

La rebelión yope fue aplastada por un contingente armado de la Corona española, acabando casi por completo con los indígenas rebeldes.

Los yopes que sobrevivieron se internaron en las serranías, hasta desaparecer como grupo cultural (Vié-Wohrer 2002).

En la representación en el Códice Tudela, se les asocia una coa y un hacha de metal.

Entre los petrograbados destaca la piedra de los pies pintados la cual muestra huellas humanas labradas sobre una gran roca, o un petroglifo que consta de varios círculos grabados que al parecer usaban para contabilizar sus ciclos lunares.

La proyección del Templo La Incinera su mayor a proyección se realiza hacia el Cerro de la Compuerta, lo cual demuestra el gran valor que poseían para los habitantes de Tehuacalco los rituales a los cerros, considerados como sagrados, vinculados además al culto del agua.

El juego de pelota era una estructura que se asocia a ceremonias y rituales que representaban la lucha cósmica entre fuerzas contrarias: luz-oscuridad, fuego-agua, etcétera, las cuales se complementan mutuamente.

En cuevas aledañas se han localizado diversas ofrendas en su interior usadas para depositar alimentos a sus dioses.

Su deidad era Xipe Tótec, que sería después también adoptada y adaptada por los aztecas, quienes lo identificaban con el "Tezcatlipoca Rojo", el cual era originalmente adorado por "aquellos que vivían a la orilla del mar", en las costas del Pacífico, desde las costas de Jalisco hasta las de Oaxaca, siendo deidad de los Yopes, Nahuas del sur, Mixtecos y Zapotecos.

Códice Tudela: "Yndio Yope de Acapulco, en el mar del sur"